Declaración Pública Colegio de Matronas y Matrones de Chile

 

A la opinión pública:

El flujo migratorio en Chile viene ocurriendo desde la década de los ‘90, y con mayor intensidad en la última década. Las razones históricas para esas migraciones son variadas, pero en todos hay un denominador común: familias extranjeras que buscan una mejor calidad de vida y un mayor bienestar social.

Este proceso no ha estado exento de abusos, pues hemos sido testigos los últimos treinta años del mal trato y xenofobia. Recordemos que ya la OIT había detectado focos de “neoesclavitud” en Chile, al descubrirse que se contrataban a inmigrantes peruanos solo a cambio de techo y comida, ni hablar de sueldos dignos o seguridad social, haciéndolos incluso dormir en containers.

Ante estas olas migratorias, las matronas y matrones nos hemos puesto a trabajar arduamente para acoger a esas mujeres y a sus hijos e hijas. No hacemos distinciones de ningún tipo, y hemos sabido adaptarnos a barreras culturales, sociales e incluso idiomáticas, para respetar los principios de la matronería. También hemos denunciado cuando se han vulnerado los derechos de gestantes y recién nacidos.

Por eso nos duele lo que hemos visto en los últimos días, donde hemos sido testigos de uno de los hechos xenófobos más significativos de los que se tenga memoria en el país en los últimos años. Primero, el desalojo de decenas de familias inmigrantes que pernoctaban en Plaza Brasil de Iquique, por parte de las fuerzas policiales mandatadas por la autoridad, y luego una marcha organizada por un grupo de compatriotas en la misma ciudad en contra de la migración, incluyendo la destrucción de sus pocos enseres.

Ambos hechos mostraron la peor cara de nuestro país, de la cual no debemos sentir ningún tipo de orgullo. Comprendemos que el ingreso migrante debe ser regulado, pero no podemos desconocer que estamos frente a una grave crisis humanitaria que afecta en especial a la infancia. Sólo en el último año y medio han ingresado en forma ilegal más de 4 mil niños, niñas y adolescentes.

Lo que ocurrió es la representación misma de un país que, al no regular y respetar los derechos humanos de las personas migrantes, reventó a una ciudad y provocó un enfrentamiento de pueblo contra pueblo, permitiendo que grupos radicalizados actuaran de la forma mas inhumana posible, rememorando lo que ocurre en conflictos bélicos o dictaduras.

Si hubiésemos tenido un política pública que dé cuenta de lo que significa el proceso migratorio y actuáramos en consecuencia con el discurso de solidaridad, que dio el propio Presidente en Venezuela, no tendríamos hoy a una ciudad entera enfrentando sola esta crisis humanitaria.

No podemos ser insensibles frente al dolor y sufrimiento de personas que buscan un mejor destino en nuestro país. No vienen a hacer turismo ni están de paseo, llegan a Chile buscando salud, educación, seguridad, solidaridad, que en sus países de origen no lo tienen.

Por eso, el llamado a la autoridad es que destine recursos para ayuda humanitaria y solicite apoyo a organismos internacionales. Como profesionales y expertas en salud sexual y salud reproductiva, también nos ponemos a disposición de la autoridad para poder ayudar frente a esta tragedia social.

Actos se discriminación y xenofobia sólo lesionan la convivencia y la paz social. Abogamos para que el Gobierno actúe con prontitud y dé una solución social y sanitaria frente al drama que viven estas familias.

 

Consejo Nacional

Colegio de Matronas y Matronas de Chile

 

Santiago, 29 de septiembre de 2021

 

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