Durante casi 5 meses, un grupo de 13 matronas de diversas partes del país se capacitaron en creolé haitiano y cosmovisión haitiana, iniciativa organizada por el Colegio de Matronas y Matrones de Chile, el cual estuvo coordinado por la colega Pamela Araneda -del Regional Chiloé de nuestro gremio- y a cargo del docente Jackson Fils.

Para Fils, este curso «fue de enorme satisfacción para nosotros por las siguientes razones. En primer lugar, nos permitió tomar parte activa en el fortalecimiento de las relaciones sociales entre diferentes grupos en la vida social chilena, especialmente fortaleciendo las relaciones entre matronas y pacientes haitianas en el campo médico al romper la barrera del idioma, lo que antes era un obstáculo para el trabajo profesional. Luego, nos permitió hacer nuestra contribución al bienestar de nuestros compatriotas haitianos».

«Razones, hay que reconocer, que no podrían traer tanta satisfacción sin la complicidad del Colegio y la voluntad aplicada de las matronas, que a pesar de un inmenso campo de actividad se sacrificaron para estar siempre presentes en el curso; interactuar con nosotros, preparar el curso y mostrar una enorme atención cuyo resultado es esta capacidad que poseen hoy en día para recibir y servir en creolé haitiano a las familias haitianas o potenciales familias haitianas en busca de cuidado y atención durante el embarazo», comentó el docente.

Agregó que «de ahí el significado de nuestro agradecimiento a cada una de estas matronas, mientras aprovechamos para animarlas a conversar en criollo entre sí, a revisar los documentos compartidos durante el curso, y también a conversar con los pacientes haitianos sin temor a interrumpirlos en una palabra extranjera cuestionada para aprender otras nuevas y así ampliar el vocabulario. Sepan que, estimadas matronas, este curso no hubiera sido posible sin sus sentidos sociológicos y su compromiso».

«Para terminar permítanme agradecer también a los personajes, sin los cuales no llegamos al final del objetivo. En primer lugar, agradecemos a todo el personal del colegio, en segundo lugar, a nuestro amigo Felipe López del MST por sus consejos sobre el fondo y la metodología del curso. Nuestro agradecimiento también va a Tania López por su papel de Matronne en uno de nuestros vídeos dedicados al curso asíncrono, a todos los que también nos ayudaron en el mismo sentido, a Woodlyne Roland, Edeline Cesar y en especial a nuestro querido amigo de SOKAP, Jean Lourdy Sanon por la edición de vídeo que permitió que fuera el curso asíncrono», concluyó Jackson Fils.

En tanto, para la colega y coordinadora del curso, Pamela Araneda, «la experiencia de este curso de creolé fue algo completamente nuevo, lo tomé como un reto, pues fue algo que nació en un Consejo de presidentas del Colegio, y asumí la responsabilidad de llevarlo a cabo. Me reuní con el profesor y se elaboró un plan de trabajo (de octubre de 2021 a febrero de 2022). Fue todo un aprendizaje, que se fue dando en el camino, pues nunca me había hecho cargo de un curso».

«Esto lo hicimos con mucho cariño, las colegas que tomaron el curso, lo hicieron con mucha responsabilidad, muy comprometidas con el docente, se generó una relación cordial con él, y quienes la tomaron hasta el final, aprendieron mucho y quedaron muy contentas. Con eso me doy por pagada, y espero que esta experiencia se repita, porque de verdad esa barrera entre nosotras como funcionarias clínicas y las usuarias haitianas debiéramos acercarla, ver una forma de aproximarnos», recalcó Araneda.

Foto Referencial: Hospital de Chillán